La caja idiota


Crecí consumiendo mucho de mi tiempo pegado a la tv. Caricaturas como Don Gato, La Pantera Rosa, Tritón, Princesa Caballero, La Liga de la Justicia, etc eran la delicia en mi infancia. Entre mis series favoritas estaban Señorita Cometa, Doctor Misterio y por supuesto Candy Candy (que me trajo muchas broncas con mi hermano mayor que la alucinaba). Con el tiempo estos programas cedieron su lugar a otros como La Mujer Biónica, La Mujer Maravilla y el Hombre Nuclear. Más tarde Calabozos y Dragones, Alf y (obviamente) los Simpson.

Cuando salía con Luis Manuel éramos fieles seguidores de la telenovela Cañaveral de Pasiones ¡que jotos!. Con Gabino (el chico MTV), adquirí el gusto por la música disco (no he conocido ha nadie con una colección tan extensa de cd’s de todo tipo de música). Años después, a Rolando le disgustaba cualquier tipo de distracción, fuera tv, radio o alguna llamada inoportuna cuando podíamos estar juntos (algo que aprecie muy tarde). En el tiempo de mi soledad me aficione a CSI, Detectives Médicos y todo lo que oliera a crímenes ¡Oh Dios, creo que tengo un problema!. Con Adolfo (y a raíz de un pleito con los del cable) ha sido mínimo mi consumo de tv. Por otros medios me volví adicto a series como Los Tudor y Dexter. De la televisión abierta me gustan los programas de análisis político como Punto de Partida y Tercer Grado. Recuerdo con añoranza el experimento del canal 40 que terminó en el agandalle de la televisora del Ajusco y mi veto personal a volver a ver ese canal. Y por increíble que parezca, al lado de Adolfo regrese al mundo de las caricaturas con el simpático Conde Pátula (Cuando se transmitió originalmente esta caricatura yo ya era demasiado grande como para prestarle atención).

Si, es cierto, es una caja idiota pero quien diga que nunca la ve o es un mentiroso o esta sumergido en el nuevo medio de masas, la Internet.

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