El anuncio clasificado

Toda historia tiene tantas versiones como personas involucradas en ella. El tiempo, la distancia, pueden hacer que olvidemos detalles o que los magnifiquemos o tal vez, sin querer, que los distorsionemos. Trataré de ser lo más fiel a los acontecimientos. Esta es mi historia.

Tenía prácticamente 2 años de haber terminado mi relación con Gabino. Durante ese tiempo no había tenido nada serio. Lo más cercano era mi ‘amistad’ con Gerardo.

El último sábado del 2004 me animé a subir un aviso clasificado. Puse una foto que me había tomado meses atrás. Aparecía desnudo, tendido sobre la cama. El anuncio lo dejé durante 10 min. (no más). Recibí 2 correos, 2 posibles contactos. Del primero reconocí el nick. Ya en una ocasión habíamos quedado en vernos y me había dejado plantado (según por que le salió una emergencia fuera del D.F.). El otro me llamó la atención, su nick era ´Joshua’. Me preguntó si podía ese día en la tarde y si tenía messenger(Hotmail). Le respondí que si podía verlo más tarde, pero que me enviase una foto y que yo lo que manejaba era yahoo. Me mando una foto y me escribió que lo esperase, que iba a instalar el mensajero de yahoo. En la foto el se encontraba sentado, con lentes, viendo hacía la cámara. Me llamo mucho la atención. Cuando por fin empezamos a chatear le pregunte si era judío. Respondió que no, que ese era el nombre de su mejor amigo, que en realidad se llamaba RR. Le conté que yo tampoco me llamaba Alex (que es un nombre que me gusta mucho) si no que me llamaba Mario. RR mencionó que mejor nos viéramos el domingo y que le pasara mi número telefónico.

Al otro día me hablo como a las 10:00. Me pregunto si sí podíamos vernos. Quedamos en 10, 15 min. en el metro Niños Heróes.

Cuando lo vi me lleve una grata sorpresa. Se veía mejor que en la foto. De hecho, para mí, era bastante guapo. Al llegar al departamento puse algo de música (de un canal de cable, ¡que menso!) nos sentamos en el sofá y el subió una de sus piernas encima de las mías. Para ese momento yo ya estaba bastante excitado. Me dijo que prefería que quitará la música (durante nuestra ‘relación’ fue algo constante, 0 interferencias) y me preguntó si me gustaba besar. Fue el primer beso que nos dimos.

Creó que entre el momento en que lo conocí y el mágico momento en que nos besamos fue en el que me enamoré de él. ¿Inmaduró de mi parte? definitivamente. Pero uno no elige, no programa como, cuando, por que y (sobre todo) de quien se va a enamorar. Sólo sucede.

Terminamos en la cama por alrededor de unas 7 horas. Durante el lapso de nuestro encuentro me dijo que quería sentirme (bareback, en buen cristiano) le dije que no. Mentiría si no reconociera que han sido algunas de las horas más placenteras de mi vida.

Al final lo invité a comer pero me dijo que no podía y me pregunto si nos veríamos al día siguiente. Le respondí que no podía. Era una mentira pero no quería verme tan ansioso.

Algo sucedió ese día que en definitiva, cambio mi vida.

Esta entrada fue publicada en historias de h. Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a El anuncio clasificado

  1. Dolphi dijo:

    Me recuerda a cierta historia acontecida a principios de 2007. Y es cierto, uno no puede elegir como, cuando, por que y de quien se va a enamorar. El amor es uno de los grandes misterios de la vida…

Deja un comentario